domingo, 29 de enero de 2017

Paria

Yo advierto:
Mayakovski se sacará la bala del cráneo
y partirá la posverdad
de un solo bocado.
Atomizado su arte
en cada molécula de Revolución,
mece al reloj en su seno,
lo duerme,
y ahora que yace tranquilo se asoma
al mirador del siglo XXI.

Las calles son ahora
espejos de cemento para las dudas,
de muda impotencia
y a la vez
de absoluta inoperancia.
La vida manca
para coger un rifle,
pero siempre dispuesta
a la masturbación ideológica.

Ahora que Dios ha muerto,
el evangelio de Jot Down
es palabra de Soros,
y cada vez que el pretendido literato
profiere con pueril autoridad,
acude a mi mente el nombre de Míjail Kaláshnikov,
o por lo ruso
o por la pólvora.

Me levanto de mi poltrona
porque levanto el puño
cerrado en torno a los textos de razón y ciencia
que habrán
de echar
abajo el capital.
Comienza la batida atronadora
que sí conoce creación:
la de un futuro justo,
de opresores picando piedra
y oprimidos luchando
espalda
contra espalda.

Preguntaba iracundo el poeta
que apresaron por apelar a la verdad
en la edad del garrote vil:
"¿Por qué no lleváis dispuesta contra toda villanía
una hoz de rebeldía y un martillo de protesta?"
Ahora,
pesa la lluvia de improperios sobre mis hombros,
y proclamo
que el derecho a la verdad
no es para la pluma mejor pagada;
decido
que no habrá vida bajo los principios
de individuos corrompidos,
con carteras mayores que un Yemen asolado
y con almas tan exiguas como el espíritu de Kissinger;
insisto
en que hay quien no merece hablar,
por muy culto que se diga,
de injusticias que defiende bajo mano,
y no hay
ni ha habido
ni habrá
derecho alguno que legitime al agresor de masas,
que sale de cacería
contra quienes son diferentes.

A todos los parias de la tierra
les ruego
que suelten el periódico
manchado de tintas engañosas,
y caminen al unísono
contra todo lo peor.

A todos los parias de la tierra,
que sepan
que jamás faltará valor para luchar por ellos
contra toda la opresión.
Que no habrá un palmo de tierra
donde aquellos infames que acosan,
que maltratan,
que denigran y que excluyen,
que explotan y se lucran,
que levantan el brazo derecho frente a sus ídolos caídos,
encuentren
jamás
la paz.

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