sábado, 25 de abril de 2015

Street View - may. 2012

Me ha costado encontrar tu casa, la he reconocido como el primer día me enseñaste a hacer: por la gran pintada de la pared de fuera. En este barrio todo parece igual, pero es porque no saben lo que se esconde detrás de estos muros. Si se hubieran esmerado, te habrían visto; ni siquiera un bloque de ladrillos basta para ocultar tu resplandor.

Quizás, por aquel entonces, aún no vivías allí.

Pero un día, seguramente muy pronto, estarás en esa casa. Te convertirás en la reina de todo lo que extiende a los pies de tu décimo piso. Llenarás tu habitación de notas y papeles, lo empaparás todo de ti.

Y un buen día me confundirás con un caballero, me invitarás a entrar en tu palacio, me dejarás cantarte en tu cama. Me mirarás con la cabeza gacha y la boca sonriente, me besarás en cada rincón. Te ayudaré a colgar la ropa y poner la mesa, me quedaré mirando tu cuarto desde la galería como si fuera una maqueta, desde fuera nos oirán cuando estemos solos y unidos.

Por última vez atravesaré la puerta de tu casa para salir, haré esperar al ascensor y a tu madre mientras te beso y sonrío antes de cerrar la puerta. Saldré a la calle, aún no hace mal tiempo, y cogeré el bus de vuelta a casa. Cuando vuelva, si lo hago, nada será lo mismo.

La próxima vez que entre por tu puerta, me temo, me esconderé un par de minutos para llorar, porque aún sentiré en la lengua los fantasmas de nuestros besos, en las yemas de los dedos notaré el tacto del dichoso gotelé, y en el fondo de la nariz, el olor dulzón de las velas azuladas que encendías para ocultar entre sonrisas que unos instantes antes nos habíamos unido sobre tus sábanas.

domingo, 12 de abril de 2015

AMALGAMA DE [JUEVES] VERDE.

Dar raíl a la torre acerada,
amargor delirante de revisión arbórea.
Se sepa que el subversivo abrazo
del automatismo gozoso de su orquesta burguesa
provoca súbita repulsa al abad del Dolmen.

Toda forma, todo espíritu,
traicionera cazadora de agua negra,
rojo, plástico, gracia ordenadora,
cuélguenme del perchero del termostato;
atrévanse, ¿qué les pasa?

Me niego, incapaz de vida, de luz,
a adherirme al papel de torno calentador
de la revolución desaforada al añil mordiente.
Huelgas imprevistas de tenderos de palomas,
subatómica caricia tan blanca.

viernes, 3 de abril de 2015

En las reuniones de musas (Starless and Bible Black)

Qué maldita la noche
en la que al ángel roto de Pizarnik
le tienes que cortar las alas
para que no llegue al fuego.

En la que tú,
osado pintor fogoso,
te tuviste que quitar
tu reluciente coraza,
para buscar más ágilmente
el etéreo
                   término medio
                                                 de sosiego y luz.

Pues otra vez
a tachar versos
porque no puedo tacharme a mí.
¿De verdad
                        nadie ha inventado un corrector de personas?
Capa gruesa de tippex
en la línea de "absurdas esperanzas"
y en el apartado -
sí, este,
el de "buscar-generar problemas"
mejor una pegatina
                                          de formulario clínico:
tiene opciones marcadas
y me ayuda a no pensar.

Pensar
en un "lo siento" que no vale,
en una vuelta de tornas
en un "ahora entiendo que sea tan difícil."

Te sobró corazón, chico de luz,
y te faltó la suerte.
Pero más le faltó a ella,
que sin buscarse se encontró
con una salida que se quedó atascada.

"Que guapo estás sin gafas
y con los ojos llorosos",
se dice para no pensar
en cómo estará ella,
y sobre todo
                          que seguramente sea mejor así.

Te veré en estos bares nuestros
donde nos sentimos como en casa.
Te pido perdón,
                                 te doy las gracias,
y elegantemente
hago mutis por el foro.
En tu sombrero, esta nota:

"Perdona que este poema
no sea tan bueno
                                     brillante
                                                        azul,
como te mereces.
Soy el corazón confundido de Jack,
y me has conocido en un momento extraño de mi vida."